Batería con nanocables de oro

Este resultado sin precedentes fue posible gracias a un gel que, una vez endurecido, bien podría recordar al plexiglás. En este caso, se trata de recubrir un nanocable de oro que cuenta con una capa de dióxido de manganeso que, a su vez, está envuelta en un electrolito. De esta forma, la sustancia con textura viscosa plastifica el óxido metálico de la pila, evitando que se agriete. Durante las pruebas posteriores realizadas, los resultados son claros: no han detectado que la batería haya perdido sus propiedades pese a ser sometida a una constante carga y descarga. Tras someter la batería a casi 200.000 ciclos, esta solo perdió el 5% de su capacidad. Lo particular de estos nanocables tiene que ver con su tamaño. Miles de veces más finos que un cabello humano, estos compuestos ofrecen una superficie amplia para el almacenamiento y la transferencia de electrones, lo que permite que sean altamente conductores.
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